Acoger con valentía las sorpresas de la vida
Las cosas importantes de la vida normalmente no las podemos prever. Ni las buenas, ni las malas. No anuncian su visita dichosa o trágica. Nos cogen por sorpresa. Suceden sin más. Pero siempre dejan un consejo amable: que acojamos cuanto venga como algo a vivir por nosotros, no por los demás, y ahora, no después. Nuestra valentía para crecer como personas en todo lo que nos pase: eso sí que lo podemos prever.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
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