Sé valiente… sé tú mismo
Ya está: declaro la guerra a las expectativas que imagino que se tiene de mí y a los complejos y miedos que eso provoca. Sólo de vez en cuando les concederé que me digan cómo debería ser, pero no voy a discutir más con ellos. He descubierto que, en el fondo, no me quieren en absoluto esas expectativas exageradas, complejos irracionales y miedos recurrentes. Aman a otro ciertamente distinto a mí. Así que me propongo defender lo que simple y pobremente soy, y respetar lo que simple y pobremente son los demás. Es la única causa justa que bien merece una guerra…
Francisco José Ruiz Pérez, sj
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