Nota: Por el interés del tema desarrollado en la 5ª sesión del Taller para Acompañantes de Ejercicios e interioridad ofrecemos, más que una crónica de la actividad, un breve resumen elaborado por María Eugenia Benítez Morales, participantes del taller.
El pasado 10 de marzo tuvo lugar en la Casa de Espiritualidad “los Lagares”, la quinta sesión del Taller para Acompañantes de Ejercicios e Interioridad. En esta ocasión tuvimos la gran suerte de que nos pudiese acompañar el jesuita alcoyano Darío Mollá Llácer quien actualmente vive en Valencia. El tema de esta sesión llevaba por título “Agradecer, ayudar, contemplar, discernir: cuatro claves de la espiritualidad ignaciana”. Agradecemos su exposición clara, sencilla y profunda, que puso mucha luz, para poder vivir y acompañar desde estas cuatro claves que San Ignacio propone.
Darío comenzó su exposición explicando qué es la espiritualidad ignaciana y para qué sirve. Comentó que la espiritualidad ignaciana es una propuesta para vivir el presente con sentido y para ayudar a tener una experiencia de encuentro con Dios.
Equidad de género
Es curioso que la tierra esté poblada, más o menos, por un número parecido de mujeres y de hombres. Siempre ha sido así. Como si la naturaleza no dudara de que la humanidad es un empate que impide que prevalezca lo femenino o lo masculino. Tal equilibrio no convence, especialmente a ellos. Será cuestión de insistir en lo que nos avisa la vida: nuestro futuro pasa por que las dos mitades que somos se reconozcan, se respeten e, incluso, se amen. ¡Todo eso es posible gracias a nuestro misterioso y bendito empate!
Francisco José Ruiz Pérez, sj
En marzo de 1911, 146 trabajadoras murieron como consecuencia de un voraz incendio en una fábrica de ropa en Nueva York. De haber contado con las condiciones mínimas para desarrollar su trabajo con dignidad, dicen los que saben, ¡esto no hubiese pasado!
Cada 8 de marzo, al recordar esta tragedia, nos unimos a cientos de mujeres que siguen luchando por sus derechos y por un trato igualitario con los varones pues, a pesar de que sus luchas se iniciaron a raíz de esta terrible tragedia y ha pasado mucho tiempo, el mundo sigue en deuda con ellas.
Desde este rincón de España nuestra solidaridad y nuestro reconocimiento a todas las mujeres valientes que siguen aportando en la construcción de un mundo más justo, más humano, más inclusivo y más equitativo. Contamos con vosotras, contad con nosotros.
Javier Castillo, sj
El pasado 24 de febrero el Centro Loyola de Canarias y la Asociación Súbito Koral pusieron en escena músicos, cantantes, bailarines, actores y actrices quienes, a través de los diferentes lenguajes del arte, nos trasmitieron las vibraciones que emana el corazón de las ciudades.
Con este evento cultural el Centro Loyola se sumó a las actividades del proyecto “Soñamos la ciudad, la construimos juntos” promovido por los Centros Fe-Cultura-Justicia de la Provincia de España de la Compañía de Jesús.
Os compartimos los vídeos de la que fue una noche vibrando al ritmo de la ciudad – ir a los vídeos
Os compartimos la crónica de las actividades realizadas por el Área de Espiritualidad del Centro Loyola durante el pasado mes de febrero y el primer fin de semana de este mes.
Por todas las personas que hacen posible que estas actividades se lleven a cabo y por las personas que cuentan con nosotros para animar su proceso de crecimiento en la fe… GRACIAS!!!
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Saber elegir, saber discernir son dos palabras cargadas de sentido en la espiritualidad ignaciana. En este mes el Papa nos invita a orar para que reconozcamos en la Iglesia la necesidad de formarnos en el arte del discernimiento.
Acceda a todos los vídeos de la Red Mundial de Oración del Papa aquí
Sé valiente… sé tú mismo
Ya está: declaro la guerra a las expectativas que imagino que se tiene de mí y a los complejos y miedos que eso provoca. Sólo de vez en cuando les concederé que me digan cómo debería ser, pero no voy a discutir más con ellos. He descubierto que, en el fondo, no me quieren en absoluto esas expectativas exageradas, complejos irracionales y miedos recurrentes. Aman a otro ciertamente distinto a mí. Así que me propongo defender lo que simple y pobremente soy, y respetar lo que simple y pobremente son los demás. Es la única causa justa que bien merece una guerra…
Francisco José Ruiz Pérez, sj
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