¡Hola, soledad!
Quedé con ella, como siempre, a la misma hora. Habló mucho. Nada nuevo: sus quejas, algún trauma, el sabor fresco de un par de alegrías, su esperanza frágil. No se dejaba interrumpir. Sabía de sobra lo que me iba a continuar diciendo, pero no me importaba que lo repitiera. Nos despedimos hasta el día siguiente y nos dimos un abrazo. Mientras la veía irse, notaba por dentro qué bien me hacía que mi soledad quisiera pasear conmigo y me contara sus cosas, como siempre, a la misma hora.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
9 julio, 2018 at 8:42 am
*¡Muchas gracias! Dios, siempre está esperando y acompañando. Que paciencia tiene, cómo me ama.*
El lun., 9 jul. 2018 a las 9:31, Centro Loyola de Canarias () escribió:
> centroloyolacanarias posted: “¡Hola, soledad! Quedé con ella, como > siempre, a la misma hora. Habló mucho. Nada nuevo: sus quejas, algún > trauma, el sabor fresco de un par de alegrías, su esperanza frágil. No se > dejaba interrumpir. Sabía de sobra lo que me iba a continuar diciendo, pe” >
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30 julio, 2018 at 11:13 am
a mi la soledad me hizo mucho daño durante muchos años al no aceptarla, preguntaba a Dios por que tenia que estar solo, por que no podia tener pareja o amistades con quien salir, pero nunca hubo una respuesta mas que el silencio, al final termine aceptandola como parte de mi camino y hoy en dia disfruto de mi compañia y ya no no me hace tanto daño, solo algunas veces me siento cansado y desanimado, sin saber como encauzar mi vida, bloqueado mentalmente.
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26 septiembre, 2018 at 10:21 am
La soledad cuando no es impuesta por las circunstancias de la vida, pues es hermosa, te ayuda a encontrarte contigo misma, te abre a ese Silencio interior, donde el Padre aguarda para entablar, un diálogo de Amor conmigo. Son momentos únicos, en esa intimidad del hombre y la mujer que espera ser habitada por el Espíritu de Jesús cuando nos dice:
¡PERMANECED EN MI AMOR!
La soledad debe ser la “amiga” discreta y silenciosa, cuya sola presencia no estorbe, sea carga pesada difícil de soportar.
Pienso que sería muy bueno y gratificante, abrir más espacios a la participación y compartir, talentos y carismas.
No sobra nadie que desee, salir de esa soledad, tantas veces obligada e impuesta por otros.
Miren Josune
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