Vivir… todo un arte
Una forma muy fácil de agobiarnos cada día es darle excesiva importancia a la pregunta por cómo estamos y proponernos sentirnos bien a toda costa. Una forma muy difícil de pacificarnos cada día es cuestionarnos por qué nos sentimos como nos sentimos y escuchar lo que nos queramos decir. Hay que elegir entre una forma y otra. La tentación es optar por lo fácil. Pero no lo olvidemos: estamos para las cosas difíciles.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
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28 septiembre, 2018 at 7:07 am
A medida que voy cumpliendo años, voy viendo la dificultad y los problemas con más calma, mirando de frente la realidad y pensando en la manera de salir, de cuanto considero obstáculo para vivir en armonía, conmigo misma y con los demás.
Desde mi condición cristiana, procuro hacer el bien a cuantos necesitados-as de mi ayuda, me encuentro en el camino de la vida. Creo que la indiferencia ante el sufrimiento ajeno, es el pecado más grave que existe.
Oro y vivo la Palabra cada día y me he “bautizado” a mi misma como “Mirófora” del Evangelio, haciendo alusión a la mirra que portaban las mujeres, cuando fueron a embalsamar el Cuerpo yaciente de Jesús.
¡Qué sorpresa se llevaron!
Pues iban a ser las portadoras de una “mirra” sorprendente: ¡Jesús, había Resucitado!.
Es el AMOR que marca el I÷D, ante los agobios de la Vida.
Miren Josune
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