Obra de la Compañía de Jesús en España para propiciar el diálogo Fe-Cultura-Justicia.
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Es hermoso que hoy, en medio de la cultura interesada y útil de lo provisorio y precario, sigan muchos jóvenes, apostando por “primerear” el Amor, dándole sentido a la vida. No es verdad que no quieran casarse, ocurre que no encuentran apoyos que hagan viable su proyecto.
Cierto es que, el Amor de Dios, sale siempre al encuentro del hombre y mujer, les “primerea” hasta verse “enganchados”, envueltos en envolvente danza de Amor. Amor esplendoroso de naciente Primavera.
Amor destinado a hacerse adulto y maduro, a acumular la Sabiduría de la vida y la experiencia compartida en el cotidiano vivir, que va dando sentido y acrisolando el Amor.
Dice el P. Francisco:
“Ellos, los viejos, permitidme la palabra viejos, “the old”, tienen la Sabiduría y experiencia que es y será, una auténtica locura y despropósito “descartar”.
Es hermoso contemplar y estar cerca, del cálido y tierno AMOR de los mayores; ellos nos dan la mejor lección de vida.
Francisco lamentó que hoy en día, no se crea en la fidelidad del Amor, consolidado en el tiempo. Dijo que no era cierto y explicó cómo lograr hacer del matrimonio, un verdadero proyecto para toda la vida.
FRANCISCO añade:
“Existe la tentación de que “el para toda la vida” que os decís el uno al otro, se convierta y transforme en un “sí pactado y condicional, mientras dura el amor. Y si el amor no se cultiva y se hace crecer con más amor, dura poco. Ese “para toda la vida”, es un compromiso en el tiempo, hacer grande el amor, porque el amor no es algo fútil, provisional, ni el “klinex” de usar y tirar.
Eso se llama entusiasmo, se llama encantamiento, erotismo, sin embargo, no conduce al Amor serio y definitivo. Haced pues, fuertes apuestas, las que den sentido y razón a vuestra vida, y como no, arriesgad.
“Porque todo Amor humano es riesgo, más el riesgo, bien vale la pena”.
Yo añadiría: si está sostenido y se apoya, en el inefable Amor de Dios. No son los jóvenes ni los esposos, dueños absolutos de su Amor, sino que un AMOR inefable y grande les guía, sostiene y acompaña.
3 octubre, 2018 at 2:47 pm
El Amor no conoce barreras cuando es verdadero.
Es hermoso que hoy, en medio de la cultura interesada y útil de lo provisorio y precario, sigan muchos jóvenes, apostando por “primerear” el Amor, dándole sentido a la vida. No es verdad que no quieran casarse, ocurre que no encuentran apoyos que hagan viable su proyecto.
Cierto es que, el Amor de Dios, sale siempre al encuentro del hombre y mujer, les “primerea” hasta verse “enganchados”, envueltos en envolvente danza de Amor. Amor esplendoroso de naciente Primavera.
Amor destinado a hacerse adulto y maduro, a acumular la Sabiduría de la vida y la experiencia compartida en el cotidiano vivir, que va dando sentido y acrisolando el Amor.
Dice el P. Francisco:
“Ellos, los viejos, permitidme la palabra viejos, “the old”, tienen la Sabiduría y experiencia que es y será, una auténtica locura y despropósito “descartar”.
Es hermoso contemplar y estar cerca, del cálido y tierno AMOR de los mayores; ellos nos dan la mejor lección de vida.
Francisco lamentó que hoy en día, no se crea en la fidelidad del Amor, consolidado en el tiempo. Dijo que no era cierto y explicó cómo lograr hacer del matrimonio, un verdadero proyecto para toda la vida.
FRANCISCO añade:
“Existe la tentación de que “el para toda la vida” que os decís el uno al otro, se convierta y transforme en un “sí pactado y condicional, mientras dura el amor. Y si el amor no se cultiva y se hace crecer con más amor, dura poco. Ese “para toda la vida”, es un compromiso en el tiempo, hacer grande el amor, porque el amor no es algo fútil, provisional, ni el “klinex” de usar y tirar.
Eso se llama entusiasmo, se llama encantamiento, erotismo, sin embargo, no conduce al Amor serio y definitivo. Haced pues, fuertes apuestas, las que den sentido y razón a vuestra vida, y como no, arriesgad.
“Porque todo Amor humano es riesgo, más el riesgo, bien vale la pena”.
Yo añadiría: si está sostenido y se apoya, en el inefable Amor de Dios. No son los jóvenes ni los esposos, dueños absolutos de su Amor, sino que un AMOR inefable y grande les guía, sostiene y acompaña.
Miren Josune
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