Tiempo de agradecer…
No te apresures a quejarte sobre lo mal que está el mundo. Tómate primero un respiro dentro de ti. Y allí donde sólo oyes tu voz, pregúntate si aún puedes pronunciar la palabra gracias. Por muy diminuto que sea, si te brota un hilo de agradecimiento a pesar de los pesares, reconoce que tienes lo mínimo como para intentar cambiar las cosas. Ves: era realmente una mala idea que te apresuraras a quejarte sobre lo mal que está el mundo.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
30 octubre, 2018 at 12:14 am
Ser agradecidos, es uno de los gestos más nobles que existen, propio de personas que saben reconocer, cuanto han recibido de Dios, de los demás y de esa vida que palpita en su corazón.
¡Hay tanto que agradecer!
Sin embargo, más de una vez, hemos tenido la sensación, de que todo bien realizado y toda dádiva ofrecida, han sido vanos y sin una palabra de: ¡GRACIAS!
Duele la ingratitud inmerecida, como si ser buena gente, haber dado lo mejor de tí, fuera deber exigible por los demás.
El AMOR es gratuíto, no espera nada; se ofrece y entrega como don de sí mismo. Y lo hace sin otro reconocimiento, otro deseo que poder escuchar: ¡GRACIAS!
Hemos de recuperar, el genuino
y valioso significado de esta hermosa palabra, meditarla en nuestro corazón y darle el lugar que le corresponde.
Gracias, por este digno espacio de encuentro y vivencia fraterna con todos-as. Formamos entre todos, un árbol frondoso y lleno de ramas, que se extienden en un gran abrazo. Otra y otra vez, ¡GRACIAS!
Miren Josune
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