Obra de la Compañía de Jesús en España para propiciar el diálogo Fe-Cultura-Justicia.
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El Adviento tiene mucho de confiada espera, el anuncio de un tiempo renovado, que colme nuestros más ansiados anhelos y elimine las incertidumbres del mañana. Esperamos, si, contra toda Esperanza y nadie quiere abandonar ni apagar la espera.
Sin embargo, no sería honesto omitir, las cruentas realidades del mundo y sus secuelas de sufrimiento, desolación y ruina.
Seres humanos forzados al éxodo, buscando refugio donde sobrevivir al horror de la guerra, hambruna y miseria, terremotos y tsunamis. Cómo entender hoy las palabras de Jesús que nos dice: ¡estad alertas! Se acerca vuestra liberación. Es el anhelo y Esperanza más profundo, de tantos hombres y mujeres.
Bien sabemos que, el tiempo de nuestra vida, no tiene retorno y cada día es único e irrepetible; el bien como el mal, tienen su fecha de caducidad.
Hay en las palabras de Jesús, una seria advertencia acerca de nuestro proceder: ¡cuidado¡. Estad atentos, no se os embote la mente ni endurezca vuestro corazón”.
Despilfarro y derroche, la orgía del consumo, ebriedad y gula sin freno, hedonismo, droga, sexo… ¿Dónde queda espacio digno para tantos abandonados e ignorados en su soledad, los marginados buscando refugio, ancianos descartados, víctimas de la indiferencia, inmigrantes…
Creemos en las palabras de Jesús, esperamos confiados en ellas. Sin embargo, por nuestra parte, sería necio e hipócrita, una grave ofensa a la dignidad de tantos hombres y mujeres, hablar de “liberación”, a quienes la Esperanza transpasó todos los límites del sufrimiento y las penurias soportables.
¡Alerta! ¡En pie! La mirada atenta al entorno, viendo qué puedo hacer. La liberación, no es un “regalo” para indiferentes, sino la respuesta activa, a ser “contemplativos en la acción”, luchando por una vida más humana y digna para todos-as.
Me viene a la memoria, aquél estribillo de la hermosa canción que dice así: “no te entregues corazón libre, no te entregues”..
Que Jesús nos halle así, con el corazón abierto y ¡LIBERADO¡ para mejor AMAR Y SERVIR.
28 noviembre, 2018 at 2:18 pm
El Adviento tiene mucho de confiada espera, el anuncio de un tiempo renovado, que colme nuestros más ansiados anhelos y elimine las incertidumbres del mañana. Esperamos, si, contra toda Esperanza y nadie quiere abandonar ni apagar la espera.
Sin embargo, no sería honesto omitir, las cruentas realidades del mundo y sus secuelas de sufrimiento, desolación y ruina.
Seres humanos forzados al éxodo, buscando refugio donde sobrevivir al horror de la guerra, hambruna y miseria, terremotos y tsunamis. Cómo entender hoy las palabras de Jesús que nos dice: ¡estad alertas! Se acerca vuestra liberación. Es el anhelo y Esperanza más profundo, de tantos hombres y mujeres.
Bien sabemos que, el tiempo de nuestra vida, no tiene retorno y cada día es único e irrepetible; el bien como el mal, tienen su fecha de caducidad.
Hay en las palabras de Jesús, una seria advertencia acerca de nuestro proceder: ¡cuidado¡. Estad atentos, no se os embote la mente ni endurezca vuestro corazón”.
Despilfarro y derroche, la orgía del consumo, ebriedad y gula sin freno, hedonismo, droga, sexo… ¿Dónde queda espacio digno para tantos abandonados e ignorados en su soledad, los marginados buscando refugio, ancianos descartados, víctimas de la indiferencia, inmigrantes…
Creemos en las palabras de Jesús, esperamos confiados en ellas. Sin embargo, por nuestra parte, sería necio e hipócrita, una grave ofensa a la dignidad de tantos hombres y mujeres, hablar de “liberación”, a quienes la Esperanza transpasó todos los límites del sufrimiento y las penurias soportables.
¡Alerta! ¡En pie! La mirada atenta al entorno, viendo qué puedo hacer. La liberación, no es un “regalo” para indiferentes, sino la respuesta activa, a ser “contemplativos en la acción”, luchando por una vida más humana y digna para todos-as.
Me viene a la memoria, aquél estribillo de la hermosa canción que dice así: “no te entregues corazón libre, no te entregues”..
Que Jesús nos halle así, con el corazón abierto y ¡LIBERADO¡ para mejor AMAR Y SERVIR.
Miren Josune
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