Libertad cotidiana

Me encantaría adivinar el futuro. Así sabría de antemano las decisiones que debo tomar para no equivocarme. Pero algo me dice que, si no decido primero, incluso erróneamente, nunca conoceré el futuro… Los sueños realizables se alimentan de la libertad cotidiana; los imposibles, del miedo a usarla.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
10 diciembre, 2018 at 11:20 am
Cierto, no queda otro camino y alternativa que correr ciertos riesgos. Y una sabe que puede equivocarse, tropezar y caer en la cuenta del dicho que, a modo de sentencia afirma: “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
Sin embargo, la fe me dice que el Amor, apuesta siempre por el ser humano, que darse no es perderse, ni atreverse a dar el “salto” es temerario.
La indiferencia es el fruto de quienes no optan, no deciden, gastan su vida en contemplar los males de este mundo, sin mover un ápice su voluntad.
Libre es quien AMA contra todo pronóstico, quien confía y da un SI como María, a la voluntad de Dios, experimentar y sentirnos cada vez más, que somos hijos-as de la amorosa Providencia
Miren Josune
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