Obra de la Compañía de Jesús en España para propiciar el diálogo Fe-Cultura-Justicia.
Somos parte de una red conformada por más de 20 Centros en toda España.
El gozo y la Alegría íntima de la Navidad, deben ser fruto de los gestos y actitudes sencillas, sin alardes ni ostentación, desde la humilde pobreza espiritual.
No dejarse “deslumbrar” por los fuegos de artificio y el brillo de los lazos y cintas de colores.
Se reiteran en estos días, llenos de encuentros, de intercambios y celebración festiva, los nobles deseos de Paz y Amor, de salud y prosperidad. Renace en cada hombre y mujer, los sueños, las promesas hechas a los niños, cuando nuestra mirada estaba llena de transparente inocencia.
El Amor dentro y fuera de cada uno de nosotros, llamando a la puerta del corazón y esperando compasiva respuesta.
Bien está hacer propósitos para el tiempo nuevo, sin olvidarnos en estos alegres y entrañables días, de tantos seres humanos, que viven el transcurrir de sus horas, como si fueran “cromos repetidos”, siempre igual.
Cuesta tan poco despertar una sonrisa, acariciar las manos de una anciana-o, mirar a los ojos con ternura, escuchar historias y recuerdos vividos, alentar la Esperanza, decir: me importas, te quiero…
La soledad, esa “pandemia” que azota la Sociedad del Siglo XXI, cuyo germen ha sido incubado, por el “virus” de la indiferencia, la que ignora el sufrimiento del otro y su vulnerable fragilidad.
Me uno a la iniciativa del Papa Francisco, que en estos días de Navidad, celebrará y festejará un encuentro con los pobres.
Qué bueno sería si en nuestras parroquias, se preparara en sus locales para la Noche Buena, la acogida donde poder pernoctar y cenar, quienes están solos y cuentan con escasos recursos.
Este sí que sería un Belén vivo y compartido con Jesús, en esa contemplación activa, donde el Amor se nos muestra cercano: Enmanuel. Dios con nosotros.
Con un poco de nuestro tiempo y bolsillo, conseguiremos que la Noche de Navidad, sea Buena para muchos-as. ¿Te apuntas?..
13 diciembre, 2018 at 12:20 am
El gozo y la Alegría íntima de la Navidad, deben ser fruto de los gestos y actitudes sencillas, sin alardes ni ostentación, desde la humilde pobreza espiritual.
No dejarse “deslumbrar” por los fuegos de artificio y el brillo de los lazos y cintas de colores.
Se reiteran en estos días, llenos de encuentros, de intercambios y celebración festiva, los nobles deseos de Paz y Amor, de salud y prosperidad. Renace en cada hombre y mujer, los sueños, las promesas hechas a los niños, cuando nuestra mirada estaba llena de transparente inocencia.
El Amor dentro y fuera de cada uno de nosotros, llamando a la puerta del corazón y esperando compasiva respuesta.
Bien está hacer propósitos para el tiempo nuevo, sin olvidarnos en estos alegres y entrañables días, de tantos seres humanos, que viven el transcurrir de sus horas, como si fueran “cromos repetidos”, siempre igual.
Cuesta tan poco despertar una sonrisa, acariciar las manos de una anciana-o, mirar a los ojos con ternura, escuchar historias y recuerdos vividos, alentar la Esperanza, decir: me importas, te quiero…
La soledad, esa “pandemia” que azota la Sociedad del Siglo XXI, cuyo germen ha sido incubado, por el “virus” de la indiferencia, la que ignora el sufrimiento del otro y su vulnerable fragilidad.
Me uno a la iniciativa del Papa Francisco, que en estos días de Navidad, celebrará y festejará un encuentro con los pobres.
Qué bueno sería si en nuestras parroquias, se preparara en sus locales para la Noche Buena, la acogida donde poder pernoctar y cenar, quienes están solos y cuentan con escasos recursos.
Este sí que sería un Belén vivo y compartido con Jesús, en esa contemplación activa, donde el Amor se nos muestra cercano: Enmanuel. Dios con nosotros.
Con un poco de nuestro tiempo y bolsillo, conseguiremos que la Noche de Navidad, sea Buena para muchos-as. ¿Te apuntas?..
Miren Josune
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