¿Dónde vive tu corazón?

A la tristeza le suelen atraer el dolor que se nos hizo y su recuerdo; a la alegría, en cambio, la sabiduría que soporta pacientemente las heridas y la creatividad del bien para irlas curando. Por eso, que estés triste o alegre es cuestión de dónde domicilies el corazón: si en el pasado o en el futuro. Y no lo dudes: ¡siempre es mejor que pongas tu hogar en el mañana!
Francisco José Ruiz Pérez, sj
17 diciembre, 2018 at 4:41 pm
Del pasado sólo nos hace bien y acompaña, el Amor inmenso que dimos de manera generosa y gratuita, ayudando a hacer la vida del otro y de los otros, más féliz y gratificante, despertando sonrisas y haciendo el bien.
Los errores y pecados ya fueron generosamente perdonados y reconciliada la amistad.
En cuanto al mal recibido y las heridas causadas, perdonar y no arrastrar consigo el “lastre” del resentimiento y el oscuro deseo de venganza.
Mirar siempre hacia la Cruz de Jesús, escuchar sus Palabras cargadas de Misericordia y del don de la Esperanza que nunca defrauda: “hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
Pidamos por esos hombres y mujeres que viven frustrados y llenos de rencor, incapaces de ver alegría en los demás.
Si algo valioso nos enseña la vida, es reconocer quiénes han sido y siguen siendo, nuestros verdaderos amigos-as, los que no conocen la palabra: traición.
Los míos partieron, y los que aún quedan, son muy pocos y creo que buenos; todavía he de caminar un trecho con ellos-as, para de verdad conocerlos.
Yo pongo mi corazón, en seguir caminando con la “lamparita” encendida, avivando las “brasas encendidas” de mi Amor. Desde ese íntimo rinconcito mantengo la puerta abierta por si el Amigo llama y quiere estar un ratito conmigo, recordándome como debemos hacer creíble el Amor.
¡Anda, ultimamente creo viene ACOMPAÑADO! Siempre es su hermano-a, mis otros-as.
Miren Josune.
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