Obra de la Compañía de Jesús en España para propiciar el diálogo Fe-Cultura-Justicia.
Somos parte de una red conformada por más de 20 Centros en toda España.
Qué gran alegría en el Señor, si la Palabra se pudiera cumplir y hacer creíble en nuestra vida. Es esta la Misión que hemos de emprender, si queremos con honestidad seguir a Jesús, vivir con coherencia el Evangelio.
¿Cómo hacer llegar esta Verdad y dejarnos “seducir” por Jesús y su testimonio de Amor?
El Papa Francisco, nos lo ha recordado hace pocos días: Quienes son dignos servidores, transmisores de la Palabra, han de hacerlo desde la creatividad, adaptando la riqueza expresiva del lenguaje, al tiempo de hoy, de modo que, sea comprensible y transparente, sin ambigüedad, se muestre cercana y palpe la realidad del hombre y mujer de nuestros días.
Palabra que alentada por la acción del Espíritu, penetre en el corazón y nos transforme, haciendo del obrar y actitudes, fiel reflejo, testimonio de Jesús.
Y ahora, fijémonos en el pasaje de Isaías, que Jesús pronuncia en la Sinagoga, en presencia de quienes le escuchan:
«El Señor me ha enviado, a dar la Buena Noticia a los pobres:
Anunciando a los cautivos la libertad, la vista a los ciegos, la dignidad a tantos oprimidos, y proclamad el año de gracia del Señor.»
No son palabras obsoletas, ni están fuera del contexto social por donde transcurre nuestra vida; hoy como ayer, el Dios del Amor nos interpela, a través de la Palabra; nos pide hacer más humanas las relaciones, vivir la fraterna amistad, más cálida y cercana, formar familia con un único corazón, obrando el bien unos con otros.
Hay diferentes Carismas, todos deben ser considerados útiles y valiosos. Hace falta unidad del Espíritu, la que crea sentimiento de pertenencia, no el rechazo ni la exclusión, inmersos todos-as, en el mismo proyecto de Amor y salvación.
No cambiará nada, si la mirada está empañada del recelo y las envidias, miradas que sólo ven rivales, no hermanos, el estorbo que intercepta el propio interés y conveniencia.
Escuchemos a Jesús, él viene a sanar nuestras heridas, nuestra fragilidad y pecados; lo hará sin “recetas mágicas”, sin las artes de magia esotérica, sino desde el corazón, donde el Espíritu del Amor transforma nuestra vida.
“Hoy se cumple esta Escritura”.
Jesús se pronuncia al término de la lectura, con la frase que definirá la acción del Espíritu en su vida: la entrega al servicio de los pobres, enfermos, perdidos y abandonados.
¿Nos dejaremos salvar así, por este Amor que Jesús nos tiene? Nuestra mirada está fija en él, nos interpela a dar testimonio creíble de su Palabra.
23 enero, 2019 at 10:31 pm
Qué gran alegría en el Señor, si la Palabra se pudiera cumplir y hacer creíble en nuestra vida. Es esta la Misión que hemos de emprender, si queremos con honestidad seguir a Jesús, vivir con coherencia el Evangelio.
¿Cómo hacer llegar esta Verdad y dejarnos “seducir” por Jesús y su testimonio de Amor?
El Papa Francisco, nos lo ha recordado hace pocos días: Quienes son dignos servidores, transmisores de la Palabra, han de hacerlo desde la creatividad, adaptando la riqueza expresiva del lenguaje, al tiempo de hoy, de modo que, sea comprensible y transparente, sin ambigüedad, se muestre cercana y palpe la realidad del hombre y mujer de nuestros días.
Palabra que alentada por la acción del Espíritu, penetre en el corazón y nos transforme, haciendo del obrar y actitudes, fiel reflejo, testimonio de Jesús.
Y ahora, fijémonos en el pasaje de Isaías, que Jesús pronuncia en la Sinagoga, en presencia de quienes le escuchan:
«El Señor me ha enviado, a dar la Buena Noticia a los pobres:
Anunciando a los cautivos la libertad, la vista a los ciegos, la dignidad a tantos oprimidos, y proclamad el año de gracia del Señor.»
No son palabras obsoletas, ni están fuera del contexto social por donde transcurre nuestra vida; hoy como ayer, el Dios del Amor nos interpela, a través de la Palabra; nos pide hacer más humanas las relaciones, vivir la fraterna amistad, más cálida y cercana, formar familia con un único corazón, obrando el bien unos con otros.
Hay diferentes Carismas, todos deben ser considerados útiles y valiosos. Hace falta unidad del Espíritu, la que crea sentimiento de pertenencia, no el rechazo ni la exclusión, inmersos todos-as, en el mismo proyecto de Amor y salvación.
No cambiará nada, si la mirada está empañada del recelo y las envidias, miradas que sólo ven rivales, no hermanos, el estorbo que intercepta el propio interés y conveniencia.
Escuchemos a Jesús, él viene a sanar nuestras heridas, nuestra fragilidad y pecados; lo hará sin “recetas mágicas”, sin las artes de magia esotérica, sino desde el corazón, donde el Espíritu del Amor transforma nuestra vida.
“Hoy se cumple esta Escritura”.
Jesús se pronuncia al término de la lectura, con la frase que definirá la acción del Espíritu en su vida: la entrega al servicio de los pobres, enfermos, perdidos y abandonados.
¿Nos dejaremos salvar así, por este Amor que Jesús nos tiene? Nuestra mirada está fija en él, nos interpela a dar testimonio creíble de su Palabra.
Miren Josune.
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