La Cuaresma es un tiempo de gracia para ayudar a disponer los corazones de las personas a vivir intensamente el acontecimiento central de la fe cristiana: la Pascua.
En este año, los “Retiros de Cuaresma en clave ignaciana”, con los que los jesuitas queremos ayudar a la preparación inmediata para la Pascua, han sido dedicados al tema de la reconciliación que ha sido el tema elegido para el curso 2019 – 2020 por la Red de Centros Fe-Cultura-Justicia del que el Centro Loyola de Las Palmas es miembro.
Bajo el título de “TIEMPO DE RECONCILIAR”, estos han sido los temas propuestos:
Día 1 – Llamados a la Reconciliación
Día 2 – Reconciliados con nosotros mismos
Día 3 – Reconciliados con los otros
Día 4 – Reconciliados con la creación
Día 5 – Reconciliados con Dios
Si os resulta de ayuda, os invitamos a compartirlo con las personas de vuestro entorno.
11 abril, 2019 at 1:43 pm
Gracias por estos materiales, que contienen y abordan el tema de la Reconciliación. Y sí, buenos y edificantes para poder compartir y aunar diferentes criterios, que ayuden a clarificar nuestra personal actitud, frente a conflictos diversos, errores y torpezas inherentes a nuestra condición humana.
Pienso que no basta perdonar y sentirse perdonado. Se puede caer en la actitud de “quedarse tranquilo” y “descargar” así, la propia conciencia de la culpa.
Perdonar de este modo, como quien “despacha” un asunto que le resulta, cuando menos, algo molesto para la conciencia y le crea cierto escrúpulo, es la más fácil y cómoda salida. Por otra parte, no suele traer provecho a ninguna de las partes, tanto a la víctima como al victimario.
Creo que perdonar es actitud de todo buen cristiano, movido por la Misericordia. Sin embargo, no garantiza el arrepentimiento, incluso resarcir el mal causado y hasta puede convertirse en un gesto de buenas intenciones.
Jesús perdonó y hasta disculpó a sus verdugos, desde la Cruz: "No saben lo que hacen". Sin embargo, a uno sólo dijo: “hoy estaràs conmigo en el Paraíso” ¿Qué pasó?
El “buen ladrón”, no sólo sintió el perdón de Jesús, sino que buscó reconciliarse con Él y reconocer el daño causado. Es él quien se dirige al otro ladrón, le amonesta y hace ver: "nosotros pagamos por nuestro propio pecado, más éste, ¿qué mal ha hecho?
Se reconoce pecador y suplica a Jesús Misericordia, se acuerde de él cuando esté en su Reino.
Este es mi modesto criterio, el perdón creíble, que conduce a la conversión y Reconciliación. De lo contrario, el victimario puede caer en dejación de su pecado, pasarse la vida hiriendo y haciendo daño, e incluso pensar: Dios es bueno y me perdonará.
Seguiré meditando, hay mucho que discernir sobre la Reconciliación y el perdón. Siempre he creído que el Amor de nuestro Padre, además de Misericordioso es Justo.
Quien no reconoce su pecado y arrepentido pide perdón, le puede otro pecado mayor: la soberbia. Es mal camino para llegar al perdón y la Reconciliación.
El discernimiento honesto, debe ser la herramienta, que ayude a hacer, un buen examen de conciencia, eso y el contrito dolor de corazón.
Miren Josune
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