ECOS DE LA PALABRA
Reflexiones sobre el Evangelio de Juan 20, 1-9 (Domingo de Pascua del Ciclo C – 21 de abril de 2019)
Reflexiones sobre el Evangelio de Juan 20, 1-9 (Domingo de Pascua del Ciclo C – 21 de abril de 2019)
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17 abril, 2019 at 3:10 pm
EL TRIUNFO DEL AMOR
Hoy la Luz, inunda la vida de tantos incontables seres humanos. Es esa hermosa y gozosa realidad, aquélla que anuncia al mundo: ¡El Señor ha Resucitado, Vive Glorioso!, en el renacer de la Vida, donde únicamente tiene cabida su AMOR. Motivo de júbilo y Esperanza, vislumbrar aquí, en este mundo, la Luz que nunca se apagará, por estar alentada del Amor de Cristo.
Amanecía la aurora de aquél primer día de la semana, susurrando en el corazón de María y los Amigos de Jesús, la más hermosa de las melodias. Alegría gozosa, esperando ver cumplida, la promesa de Jesús a aquellas sencillas mujeres, primeras «Miróforas» del Amor y Buena Noticia del Resucitado: Decidles a mis amigos, que vayan a Galilea, allí me verán.
Despertar a la Vida, es el anhelo más profundo del ser humano, el SER en Dios, habitados en su Amor, donde ya no habrá más lágrimas ni sufrimientos, más lucha, cansancios, y fatigas, la enfermedad, el hambre y sed de afecto, de libertad, justicia y Paz, sino la profunda e íntima certeza, cual canto lleno de plenitud, de dicha en la Alegría gozosa del Amor.
Conocimos a Jesús, de manera un tanto inconsciente, sin poder llegar a comprender, toda la hondura de su Amor, el alcance y testimonio de su existencia entre nosotros, hace ya dos mil años. Éramos sólo unos niños-as, y nuestros padres fueron guiándonos al encuentro con Jesús, descubriéndonos la grandeza de su Vida y el insondable Misterio de Dios-Padre.
Anhelo, asombrosa Luz, certeza creíble: palabras muy hondas, que han ido poco a poco desvelando, el bien inagotable del Amor y la experiencia de la fe convertida en obras, hasta llegar a pronunciar, en lo íntimo de nuestro corazón: ¡Creo en tí, Señor de la Vida!
La Resurrección de Jesús, no es el producto de un «efecto especial», tampoco un concepto elaborado, a partir de una idea o sueño imaginario. La mirada de sus amigos y discípulos-as, le vieron caminar, escucharon sus palabras, comieron y bebieron con él, le abrazaron y tocaron con sus manos, su Cuerpo Resucitado. ¿Qué puede haber de falacia y engaño en todo ello? No puedo concebir esta realidad, desde el absurdo y el sin sentido, de una historia inventada, en cuyo caso, cabría pensar, en esos porqués y para qué humanos. Respuesta que, una multitud incontable de hombres y mujeres, a través de la Historia de la Salvación, ya hemos encontrado, en la Vida, Palabra y Amor de Jesús.
¿Acaso no tuvieron aquellas mujeres y hombres, suficiente sufrimiento desgarrador, que les dejara el corazón en vilo, en la desesperanza y desolación? ¿Cuántas veces tuvieron que mirar a Jesús, sentirle cercano y vuelto a la Vida?. Ver la huella de su Pasión y escuchar sus palabras tranquilizadoras: Palpadme, mirad que un fugaz fantasma, no tiene manos ni pies como yo tengo. ¡No tener miedo, soy yo, paz a vosotros!
Así, una y otra vez, su madre y amigos-amigas, recibieron en su corazón, el bálsamo y «mirra» del Amor, escucharon Palabras de Vida, vieron y sintieron muy dentro, la creíble presencia de Jesús Resucitado.
En efecto, le cuesta a nuestra torpe y limitada razón, poder adentrarse en el Misterio de Dios, más todo hombre y mujer, comprende el lenguaje del AMOR, sus inequívocos gestos. Quién no ha pronunciado al menos, alguna vez en su vida: he vuelto a nacer, estoy vivo, «tocando las estrellas», no me lo puedo creer, ni encuentro razón o explicación alguna, sólo sé que siento en mi corazón, el pálpito del Amor… Son la íntima expresión gozosa, del umbral de la Resurrección, la que un día, tú y yo, con todos nuestros seres amados, compartiremos con Jesús.
¿Vive Jesús, en tu corazón, en todo tu Ser, en todas tus obras? ¿Celebras la Esperanza y la Alegría, de la VIDA en su Amor?
Que sintamos y percibamos, que estamos VIVOS, unidos en el Amor de Jesús Resucitado.
¡FÉLIZ PASCUA A TODOS Y TODAS!
Miren Josune
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