Regla de Oro

Amor correspondido

Amamos de verdad a los otros si queremos su bien. Queremos el bien de los demás cuando nunca nos atreveríamos a hacerles daño. No heriremos a nadie si nos ama profundamente… A partir de ahí, todo es camino conocido, pero al revés: somos amados de verdad si se quiere nuestro bien; se quiere nuestro bien cuando no se pretende herirnos; nadie nos hará daño ¡si lo amamos profundamente!

Francisco José Ruiz Pérez, sj