Amar, acompañar y servir a personas LGTBI en clave de esperanza. Con este título nos juntamos el pasado sábado 22 de junio cerca de 20 personas en la Casa de Espiritualidad de Los Lagares para llevar a cabo la última actividad del programa de Pastoral de la Diversidad Sexual – PADIS del Centro Loyola de Las Palmas. En esta ocasión no íbamos a discurrir por sesudas reflexiones, como las que nos ofrecieron Carlos Domínguez o Luis Mariano González, sino para dejarnos llevar por la experiencia, compartida desde el corazón creyente, de Antonio Cosías Gila, de la comunidad Ichthys de Sevilla.
El sol, que brillaba en todo su esplendor, danzaba al compás de los corazones de quienes acudimos al retiro. Era la danza de la esperanza, de la escucha, de la acogida respetuosa y del amor de Dios que abre sus puertas con generosidad para que ninguna de sus creaturas se quede fuera viviendo el dolor del abandono y la postración.
El reloj del corazón
Para cambiar radicalmente de vida, una buena opción es convertir el corazón en nuestro reloj de pulsera. Te desaparecerán las prisas. Porque el corazón es el único reloj que crea tiempo de sobra para poder estar con quienes realmente te necesitan. Te dará la sensación de que, por fin, eres puntual a la cita con lo importante.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
Deseos de bondad
A menudo me veo tan lejos de mis buenas intenciones, que les pregunto por qué no me dejan de una vez. Me responden amablemente que, mientras puedan hacerme sentir deseos de bondad, aunque no se cumplan, este mundo tiene aún una oportunidad para ser mejor. Y es entonces cuando me veo tan cerca de mis buenas intenciones…, que les ruego que se queden conmigo para siempre.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
El sábado pasado, en medio de la algarabía del barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria ocasionado por las fiestas de la ciudad, un grupo de discípulos y discípulas del Maestro nos dedicamos a preparar el corazón para recibir el Don del Espíritu. Fue un momento de silencio, canto, música y oración que queremos compartir con los seguidores del la web del Centro Loyola.
Iniciábamos así…
El centro del cristianismo es una persona: Jesucristo; y el sentido de nuestra vida como cristianos pasa por poner los ojos en Él para conocer su vida, amarle, dejar que sus palabras iluminen nuestros pensamientos y que nuestros deseos y proyectos se vayan conformando con los suyos.
En este itinerario, personal y comunitario, necesitamos la ayuda del Espíritu, el mismo Espíritu que recibieron los apóstoles de la Iglesia naciente y que hoy Jesús Resucitado sigue derramando sobre nosotros para que podamos conocerle, para que anime nuestro caminar creyente y renueve nuestro compromiso cristiano. Como nos dice la Escritura, “Nadie puede decir: ‘¡Jesús es Señor!’, si no es por el Espíritu Santo”. (1 Cor 12,3)
Mirar la profundidad
Ya no me dejo impresionar por los currículos y las apariencias de los demás. Prefiero mirarles a los ojos. Solo así siento que conecto mejor con ellos y con lo que, en el fondo, son. Los delata la luz de sus pupilas: esa luz única que llega desde lo hondo de sus almas, allí donde ya tampoco ni ellos mismos se dejan impresionar por sus propios currículos y apariencias.
Francisco José Ruiz Pérez, sj
En este mes el Papa Francisco nos invita a orar por los sacerdotes para que, con la sobriedad y la humildad de sus vidas, se comprometan en una solidaridad activa, sobre todo hacia los más pobres.
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